domingo, 11 de abril de 2010

Creciente valorización de lo Humano en la época moderna

Durante la Edad Media la cultura se mantuvo dentro de los márgenes de la religión.

La reactivación de los intercambios comerciales dentro de Europa, y también hacia ultramar, permitió, a partir del año 1200 d. de C. la conformación de espacios cada vez más dinámicos en los que la cultura que se generaba era ya muy distinta a la medieval.

Las ciudades comerciales italianas, Florencia, Venecia, fueron conscientes desde muy temprano de que la cultura que generaban constituía en sí misma una renovación respecto de los cánones medievales. El solo empleo del dinero, que estaba censurado por la doctrina eclesiástica, constituía un elemento de diferenciación y un estímulo para el desarrollo de un canon antropocéntrico.



La recuperación de pasado grecorromano se realizó, entonces, sobre condiciones previamente generadas por los propios burgueses: una cultura centrada en la conciencia humana libre, en la técnica, y en el impulso vital del trabajo.


En tanto que movimiento cultural, el Renacimiento estuvo acompañado por

i. un resurgimiento de los conocimientos sobre las fuentes clásicas,

ii. un desarrollo de la perspectiva lineal en pintura, y

iii. por cambios graduales pero profundos en el terreno educacional.


Normalmente se considera que el Renacimiento tiende un puente entre la Era clásica y la época moderna, lo que queda de manifiesto en un sinnúmero de obras renacentistas que están inspiradas en obras clásicas que parecen haberles servido de modelo. Uno de los Ejemplos más notables al respecto es el “David”, de Donatello (S.XV), escultura en bronce que parece ser la réplica del Antinoo, escultura en mármol de siglo II d. de C. La similitud en la obras demuestra que para los artistas del Renacimiento la estética clásica, la ejecución y la composición de las obras es sencillamente perfecta.




Aunque el Renacimiento tuvo influencia tanto en el terreno social como en el político, es mucho más conocido por los desarrollos artísticos y por las contribuciones realizadas por los multifacéticos Miguel Angel y Leonardo da Vinci, en quienes se inspiró el término “Hombre renacentista”.


La recuperación del pasado clásico por parte de los renacentistas es evidente tanto en los temas como en el tratamiento de los mismos. Aunque se trate de técnicas distintas, podemos apreciar de inmediato los puntos en común entre el Renacimiento y la Edad Antigua clásica. En la Edad Media predomina ampliamente el tema religioso, las imágenes de la virgen (las Madonnas), de Dios, de Jesucristo. El tratamiento del tema es igualmente característico. Escaso estudio anatómico de la figura humana, mayor énfasis en los signos.
En cambio, tanto en la Antigüedad clásica como en el Renacimiento, predomina la figura humana ocupando el centro de la escena, realizada con especial cuidado en la ejecución de sus formas.

Lo anterior da cuenta de los énfasis que va marcando la cultura en las distintas épocas.
Al igual que la clásica antigua, la cultura renacentista es antropocéntrica (de Antropo, Hombre), es decir, se desarrolla en torno a lo humano como medida y referencia de la realidad. La cultura medieval es Teocéntrica (de Teo, Dios), pues toma a Dios como el principal referente y la medida de la realidad.




Dentro del periodo renacentista se reconocen dos etapas principales.
i) El Quatroccento. Este período marca el comienzo del “arte de autor”. El hombre, se dice, es la obra más perfecta de Dios. Se pinta la figura humana con gran calidad. Además se incorpora la perspectiva; en escultura se vuelve a la imitación de la clásica griega y romana, y con respecto a la arquitectura hay un retorno a las líneas del arte griego y romano.



ii) El Cinqueccento. En esta etapa los autores ya tienen el dominio de las técnicas, lo que les permite producir a gran nivel. Los artistas que destacaron, y más conocidos, en el período renacentista italiano fueron:
En pintura y escultura: Leonardo Da Vinci (Pintor, escultor e ingeniero). Miguel Angel Buonarroti (escultor, pintor, arquitecto y poeta), y Rafael Sanzio (pintor). Se comenzaron a trabajar también temas no religiosos y tuvieron en cuenta elementos de geometría y perspectiva al realizar sus obras.


En literatura: Dante, Boccaccio, y Petrarca, que escribieron en el siglo XIV, pero incrementaron su influencia en el Cinquecento. Baldassare Castiglione y Niccolò Machiavelli son dos escritores del Cinquecento.
En arquitectura: Filippo Brunelleschi (Batisterio de Florencia), Arnolfo di Cambio diseñador de la cúpula de la Catedral de Florencia.

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