Alvar Núñez Cabeza de Vaca, en "Naufragios" (1542) relata un encuentro con los habitantes originarios de Estados Unidos.
[...]"Yo le mandé (a Oviedo) que se devolviese a mirar con más detalle, y viese si en ella había algunos caminos que fuesen seguidos, y que hiciera esto sin alargarse mucho por el peligro que podia haber. El fue y topando con una vereda se fue por ella adelante hasta espacio de media legua: y halló unas chozas de unos indios que estaban solas, porque los indios se habían ido al bosque. Y tomó una olla de ellos y un perrillo pequeño y algo de comida, y se devolvió a nosotros. Y pareciéndonos que se tardaba envié otros dos cristianos para que le buscasen, y viesen que le había sucedido: y ellos le toparon cerca de allí, y vieron que tres indios, con arcos y flechas venían tras él llamándole, y él también los llamaba, por señas, y así llegó donde estábamos, y los indios se quedaron un poco atrás sentados en la misma ribera, y a la media hora llegaron otros cien indios flecheros, muy altos, enormes, o tal vez nuestro miedo los hacía parecer gigantes. Y pararon cerca de nosotros, donde los tres primeros estaban. Entre nosotros nadie estaba en condiciones de defenderse porque apenas si podíamos mantenernos en pie. El veedor y yo salimos a ellos, y los llamamos. Y ellos se llegaron a nosotros. Hicimos lo mejor que pudimos para que no nos pasara nada, y les dimos cuentas y cascabeles, y cada uno de ellos me dio una flecha que es señal de amistad. Y por señas nos dijeron que a la mañana volverían y nos traerían de comer, porque en ese momento no tenían qué darnos”.
viernes, 19 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario